
Raphaël Dénommé no se limita a tocar el renacimiento del folk quebequense; está orquestando discretamente su futuro. Este cantautor de Montreal teje narrativas intrincadas con una mano hábil, mezclando los sonidos tradicionales de su tierra natal con una sensibilidad indie contemporánea. Piensa en el primer Bon Iver encontrándose con Richard Desjardins en un bar lleno de humo a altas horas de la noche. La música de Dénommé respira la autenticidad de un narrador experimentado, recurriendo al folk, el country e incluso toques de bluegrass, todo entregado con una voz desarmadamente suave. Su avance llegó con su álbum homónimo, que le valió elogios de la crítica por su crudeza emocional y su profundidad lírica. Más allá de las íntimas salas de conciertos de Quebec, la música de Dénommé resuena con un anhelo universal de conexión y pertenencia. Sus actuaciones discretas y sus canciones cuidadosamente elaboradas lo sitúan a la vanguardia de una nueva generación de artistas quebequenses, una generación preparada para dejar una huella duradera en el panorama folk mundial. Actualmente, se informa que Dénommé está trabajando en nuevo material, prometiendo una mayor exploración del sonido y la historia.