Princess Nokia no es solo una rapera; es una metamorfa sónica, un oráculo del centro de Nueva York que canaliza emociones crudas en himnos que desafían los géneros. Desde los comienzos etéreos de cloud rap de "Metallic Butterfly" hasta las afirmaciones feministas y feroces de "1992 Deluxe", su música desafía la categorización fácil. Se escuchan ecos del boom-bap de los 90, la energía hardcore punk y las sensibilidades melódicas del R&B, todo filtrado a través de una lente ferozmente independiente. Destiny Frasqueri, la artista detrás del nombre, irrumpió con temas como "Tomboy" y "Bart Simpson", estableciéndose como una voz para los marginados y una campeona del empoderamiento femenino. Su identidad artística está profundamente arraigada en su herencia afroindígena y sus experiencias navegando por las complejidades de la vida urbana. El impacto de Nokia se extiende más allá de la música, abrazando el activismo y desafiando los estándares de belleza convencionales. Las colaboraciones incluyen a Rico Nasty y Junglepussy, solidificando su lugar dentro de una nueva generación de artistas que traspasan los límites. Proyectos recientes exploran temas de espiritualidad y autodescubrimiento, consolidando su reputación como una artista que no tiene miedo de evolucionar y desafiar las expectativas.