Orishas no solo fusionó el hip-hop con el son cubano; descosió las fronteras musicales, creando un sonido revolucionario que resonó desde las calles de La Habana hasta los escenarios globales. Estos pioneros, originarios de los barrios marginales de Alamar y Cerro, forjaron una identidad sonora única que mezclaba a la perfección la música tradicional cubana, incluyendo rumba, son cubano y guaracha, con la energía cruda del hip-hop estadounidense, sazonado con un toque de funk y ritmos latinos. Su debut en 1999, *A Lo Cubano*, fue un evento sísmico, inyectando una autenticidad muy necesaria en la escena alternativa latina. Éxitos como "Represent, Cuba" y "537 Cuba" se convirtieron en himnos instantáneos. Su carrera, marcada por periodos de hiato y reforma, los vio acumular premios Grammy y nominaciones, solidificando su posición como embajadores culturales. Las colaboraciones con artistas como Calle 13 y Ruzzo ampliaron aún más su alcance. Más allá de la música, Orishas proporcionó una voz vital para la diáspora cubana, abordando problemas sociales y celebrando su herencia con honestidad inquebrantable. Aunque se disolvieron brevemente, su reunión en 2016 y los lanzamientos posteriores demuestran el poder duradero de su innovación musical. Siguen siendo una fuerza, recordando al mundo que la música cubana está en perpetua evolución y que Orishas todavía está liderando la carga.