OOZ no solo crea música, sino que esculpe paisajes sonoros, instantáneas borrosas de introspección nocturna y la energía palpitante de Seúl. El artista surcoreano de R&B se labra un nicho distintivo con su sonido de fusión de géneros, una mezcla arremolinada de R&B alternativo, neo-soul y los bordes etéreos de la electrónica. En su discografía se detectan toques del lirismo vulnerable de Frank Ocean y la innovación textural de James Blake. El ascenso de OOZ al estrellato fue gradual, construido sobre una base de temas autoeditados y un creciente número de seguidores en línea cautivados por su voz hipnótica y sus melodías melancólicas. Temas como "Blur", impulsados por su emoción cruda y su producción discreta, demostraron ser un punto de inflexión. Más que un simple artista, OOZ encarna un sentimiento. Su música refleja las ansiedades y aspiraciones de una generación que lidia con la identidad y el cambio, convirtiéndolo en una voz resonante para los jóvenes coreanos y los oyentes internacionales. Las colaboraciones con productores prometedores y compañeros artistas coreanos han solidificado aún más su lugar en la escena indie de R&B. Actualmente, OOZ continúa experimentando con el sonido, insinuando una evolución hacia territorios más experimentales, conservando al mismo tiempo la profundidad emocional característica que define su núcleo artístico. No solo está en ascenso; está remodelando silenciosamente el panorama del R&B desde dentro.