Oliver Tree, el enigmático músico de corte de tazón y patinete, no solo está haciendo música; está creando una personalidad meticulosamente curada que es a la vez hilarante e innegablemente pegadiza. Es el equivalente de la Generación Z de un proyecto de arte performativo con una banda sonora de absurdo. Inspirándose fuertemente en el rock alternativo, la música electrónica y el pop, sus canciones son un caleidoscopio de sonidos: piensen en Weezer liderado por un entusiasta del sintetizador hiperactivo. La trayectoria profesional de Tree ha sido tan poco convencional como su estética. Inicialmente ganando terreno en SoundCloud, construyó una base de fans dedicada a través de videos virales y un flujo constante de contenido excéntrico. Su álbum debut en un sello importante, "Ugly is Beautiful", cimentó su lugar como una fuerza singular, demostrando que la sinceridad puede coexistir con la ironía consciente. Su música y personalidad se han convertido en un grito de guerra de la Generación Z para abrazar lo extraño. Más allá de la música, Oliver Tree ha colaborado con artistas como David Guetta y Little Big, ampliando aún más los límites de su paleta sónica. Con su último proyecto, "Cowboy Tears", se inclina por un desamor con tintes country, demostrando que incluso bajo las capas de extravagancia, hay un verdadero artista en constante evolución. Es menos un músico y más un meme ambulante, que habla y se desplaza en patinete, y el mundo parece no poder apartar la mirada.