María Escarmiento no canta, detona. Surgida del crisol de Operación Triunfo 2018, la canaria se ha forjado una identidad sonora singular, negándose a ser encasillada en un género. Su música, un cóctel potente de sensibilidades pop latinas, texturas electrónicas y una pizca de agresividad hyperpop, resuena con una generación que domina la ironía y anhela autenticidad. Piensa en la experimentación de ROSALÍA unida a la deconstrucción sonora de Arca, filtrada a través de una lente distintivamente española. La trayectoria post-OT de Escarmiento ha sido de implacable exploración artística. Singles como "Amargo Amor" y "Mucho" la establecieron como una fuerza a tener en cuenta, mostrando su destreza vocal y su inclinación por la creación de temas emocionalmente resonantes pero innegablemente bailables. Las colaboraciones con artistas como Chico Blanco cimentaron aún más su posición en la vanguardia de la floreciente escena de la música electrónica española. Pero es más que solo ritmos pegadizos; las letras de Escarmiento profundizan en temas de amor, identidad y las complejidades de las relaciones modernas, entregados con una vulnerabilidad cruda que resuena profundamente con su base de fans. Actualmente, María continúa ampliando los límites sónicos, insinuando un futuro aún más audaz y experimental, asegurando su lugar como una voz vital en la música española contemporánea.