Glenn Gould

A propósito de

Glenn Gould no era simplemente un pianista; era un arquitecto meticuloso del sonido, un escultor sónico que se atrevió a diseccionar a Bach con la precisión de un cirujano y la pasión de un filósofo. Su enfoque, influenciado por el rigor intelectual del contrapunto y la frialdad distante del modernismo, redefinió las Variaciones Goldberg para una generación, inyectando una nueva energía a partituras centenarias. Gould irrumpió en la escena con su innovadora grabación de las Variaciones en 1955, polarizando instantáneamente a la crítica y cautivando al público con su velocidad, claridad y articulación casi obsesiva sin precedentes. Retirándose de las actuaciones públicas a la edad de 31 años para centrarse únicamente en grabaciones y radiodifusión, abrazó la tecnología como una herramienta creativa, siendo pionero en técnicas de empalme y edición para lograr su paisaje sonoro ideal. Sus interpretaciones, a menudo controvertidas, desafiaron la sabiduría convencional y provocaron un debate ferviente, solidificando su legado como uno de los músicos más enigmáticos e influyentes del siglo XX. Su fascinación por los documentales radiofónicos y sus hábitos personales idiosincrásicos cimentaron aún más su imagen como una figura singular. El impacto de Gould resuena hoy en día, inspirando a los artistas a explorar nuevos territorios sonoros y recordándonos que la interpretación puede ser tan vital como la composición misma.