
Dogo Suicide no se limita a hacer música; están creando tapices sónicos tejidos con hilos de intensidad post-punk, crudeza industrial y una sorprendente sensibilidad melódica. Originarios de... bueno, sus orígenes permanecen deliberadamente ocultos, lo que aumenta el misticismo de la banda. Imaginen si Joy Division hubiera ingerido un sintetizador oxidado y comenzado a adorar en el altar de Nine Inch Nails, y estarían a mitad de camino. Si bien las primeras grabaciones insinuaban una energía cruda, casi caótica, Dogo Suicide ha perfeccionado su sonido hasta convertirlo en algo más nítido, más enfocado. El álbum de 2022, *Disrupt Everything*, marcó un punto de inflexión, demostrando un dominio recién descubierto de la dinámica y una voluntad de explorar temas líricos más matizados: la alienación, la decadencia social y el persistente eco de la esperanza frente a la desesperación. Sus presentaciones en vivo son legendarias por su intensidad, una experiencia visceral que deja al público a la vez eufórico e inquieto. Las colaboraciones han sido escasas, lo que refleja un espíritu ferozmente independiente, pero abundan los rumores de próximos proyectos con artistas experimentales de ideas afines. Dogo Suicide continúa superando los límites, desafiando a los oyentes a confrontar verdades incómodas envueltas en un sudario sónico. Se espera nuevo material a finales de 2024.