
Bonnie Banane no solo dobla los géneros, sino que los licua, vertiendo voces sensuales sobre ritmos que tienen la misma probabilidad de palpitar con house francés clásico que de fallar con electrónica experimental. La artista parisina, una fuerza de la naturaleza tanto en el disco como en el escenario, emergió del fértil underground parisino con las primeras canciones mostrando una energía cruda, casi confrontativa. Su música, un cóctel de susurros de R&B, texturas de trip-hop y brillo de synth-pop, ganó terreno con lanzamientos como "Muscles" y cimentó su estatus de disruptora. Su álbum debut, "Sexy Planet", mostró una nueva confianza, una exploración lúdica de la sensualidad y la vulnerabilidad. Sus paisajes sonoros evocan comparaciones con artistas como FKA twigs y James Blake, pero con un toque distintivamente galo. Las colaboraciones con figuras prominentes de la escena de la música electrónica francesa, como Myth Syzer, han ampliado aún más su paleta sonora. Más allá de la música, la estética visual de Banane es igualmente cautivadora, una mezcla de alta costura y autoconciencia peculiar. Actualmente, continúa superando los límites con sus presentaciones en vivo y, según los informes, está trabajando en material nuevo, prometiendo otra evolución en su universo sonoro en constante cambio.