Bernard Adamus no canta canciones; las raspa, las aúlla, las desangra con una voz marinada en whisky barato y noches tardías. Proveniente de Montreal, este trovador quebequense es un héroe folclórico moderno, un narrador que hila historias de la clase trabajadora y romances de callejón. El sonido de Adamus es una potente mezcla de blues, folk y *chanson*, con un distintivo toque quebequense. Imaginen a Tom Waits haciendo gárgaras con grava en un bar de mala muerte de Montreal, respaldado por una banda igualmente cómoda con guitarras *twangy* y acordeones melancólicos. Su álbum revelación, *Brun*, cimentó su estatus como la voz de una generación, ganando el aplauso de la crítica y un público devoto que resonó con su honestidad cruda y su vulnerabilidad sin complejos. El impacto de Adamus se extiende más allá de la música; es un icono cultural, capturando el espíritu de los bajos fondos de Quebec con un realismo implacable y un toque de humor negro. Ha compartido escenario con numerosos artistas, solidificando aún más su posición en la escena musical francófona. Aunque controversias pasadas han marcado su carrera, Adamus sigue siendo una figura cautivadora. Continúa de gira y creando, demostrando que su talento en bruto y su voz auténtica pueden resistir cualquier tormenta.