
Pocos *boy bands* han navegado las turbulentas aguas de la longevidad en la música pop como los Backstreet Boys. Más allá de puntas decoloradas y movimientos coreografiados, BSB, compuesto por AJ McLean, Howie Dorough, Nick Carter, Kevin Richardson y Brian Littrell, construyó un imperio sobre armonías vocales innegables y un marketing inteligente. Su sonido, arraigado en la explosión pop de finales de los 90, mezclaba influencias de R&B con melodías pegadizas, allanando el camino para futuros actos. El gran avance del quinteto llegó en Europa, catapultándolos a la fama internacional antes de conquistar los Estados Unidos con su álbum debut homónimo en 1997. Álbumes como "Millennium" y "Black & Blue" consolidaron su estatus de superestrellas, rompiendo récords de ventas y generando legiones de fans devotos. Si bien las tensiones internas y la evolución de los gustos musicales llevaron a pausas y salidas de miembros (la salida temporal de Kevin), el grupo se reunió constantemente, demostrando su compromiso con su legado. El impacto de los Backstreet Boys se extiende más allá de las listas de éxitos. Redefinieron el arquetipo del *boy band*, demostrando que la música pop podía ser a la vez un éxito comercial y un compromiso creativo. El impacto del grupo continúa sintiéndose, como lo demuestra su residencia en Las Vegas, el aclamado documental "Backstreet Boys: Show 'Em What You're Made Of" y su álbum "DNA" y la posterior gira mundial, lo que demuestra su continua relevancia en el panorama musical en constante cambio. Su atractivo perdurable se basa en sus armonías ajustadas, su dedicación a sus fans y el atractivo nostálgico de un sonido que definió a una generación.